El doctor Eduardo Cueto Rua,  pediatra y gastroenterólogo especialista en  celiaquía que trabaja por el derecho a la salud, sostiene que la persona  celíaca debe ser considerada como “una más en el mundo”.

 

La Ley 27.196, que viene a modificar la Ley Nacional de la Enfermedad Celíaca (26.588), genera diversas opiniones en la comunidad celíaca. Consultado por Celi&co acerca de esta ley, el doctor Eduardo Cueto Rua -fundador de la Asociación Celíaca Argentina y director del postgrado universitario de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata-, opina: “El artículo 9 de la ley celíaca dice:  ‘Las obras sociales enmarcadas en las Leyes 23.660 y 23.661, la obra social del Poder Judicial de la Nación, la Dirección de Ayuda Social para el Personal del Congreso de la Nación, las entidades de medicina prepaga y las entidades que brinden atención al personal de las universidades, así como también todos aquellos agentes que brinden servicios médicos asistenciales a sus afiliados independientemente de la figura jurídica que posean, deben brindar cobertura asistencial a las personas con celiaquía, que comprende su detección, diagnóstico, seguimiento y tratamiento, incluyendo las harinas y premezclas libre de gluten, cuya cobertura determinará la autoridad de aplicación’. Con esta última frase, se convierte a las harinas en remedios y a los celíacos en enfermos crónicos”.

El planteo de Cueto Rua es el siguiente: “Si al celíaco le dan $ 325 por mes para harinas y premezclas, le están dando al año casi $ 4.000. Eso es lo que sale una colonoscopía. Cualquier persona que se tiene que hacer una colonoscopía por año toda la vida es registrada, por el gasto que genera, como un enfermo crónico. Podríamos pensar también que los celíacos se gastan, al cabo de veinte años, el dinero de un baipás coronario y, al cabo de cuarenta años, el dinero de un trasplante. Así, se ganan esta ‘fama de enfermos crónicos’ porque dicen que tienen que comer harinas terapéuticas y el día que tengan que buscar trabajo, el empleador no los elegirá.

“Los adultos que dicen que son enfermos crónicos incurables están haciendo un enorme daño a los niños celíacos -señala Cueto Rua-. Como pediatra, yo puedo orientar a una madre a criar un niño sano, pleno y feliz, pero no puedo con los adultos que quieren, se sienten o necesitan ser considerados enfermos. Estos niños de hoy no pueden ni deben ingresar al sistema laboral como minusválidos por no poder comer trigo, avena, cebada o centeno. Que nadie les robe el futuro”.

Dr. Eduardo Angel Cueto Rúa, pediatra y gastroenterólogo, fundador de la Asociación Celíaca Argentina.

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