Georgina Alberro repasa los principales beneficios que ofrece la actividad física como complemento a nuestra dieta sin tacc y detalla las mejores razones por las que los celíacos deberían estar en movimiento.

Todos sabemos que es necesario realizar actividad física. Sin importar la edad, niños, jóvenes, adultos y las personas de la tercera edad deben mantener una vida física y mental activa. El ejercicio ocupa un lugar preponderante en la lucha contra la obesidad y otras enfermedades crónicas, como la diabetes o la enfermedad cardiovascular.

¿A qué llamamos actividad física?

La Organización Mundial de la Salud (OMS), la define como “todo movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que origina un gasto de energía mayor al que se produce en reposo”. Si bien se recomienda practicar
actividad física a toda la población, las personas con enfermedad celíaca debemos incluir el movimiento como parte de nuestra vida por múltiples motivos.

Cuatro razones por las cuales los celíacos debemos estar activos

  1. Control del peso corporal: Si bien la enfermedad celíaca puede producir descenso de peso, esto no es
    generalizado, ya que entre el 22 y el 32 por ciento de los pacientes celíacos adultos tienen sobrepeso u obesidad
    al momento del diagnóstico. Si ya existe sobrepeso, es muy probable que se incremente aún más, al incorporar alimentos elaborados que habitualmente tienen un gran tenor graso. El ejercicio nos ayuda a mantenernos
    en forma, a mejorar nuestra masa muscular y a perder grasa. El sedentarismo es una enfermedad. Nuestra vida actual nos conduce a movernos cada vez menos. Esto inevitablemente produce consecuencias nefastas en nuestra salud física y psíquica.
  2. Mejorar la salud ósea La atrofia vellositaria que se presenta en la enfermedad celíaca con la consecuente
    malaabsorción de muchos nutrientes, entre ellos el de calcio y la vitamina D, hace que la osteopenia y la osteoporosis sean enfermedades muy frecuentes en el celíaco.
    La osteoporosis es una enfermedad esquelética sistémica, que genera un deterioro de la microestructura del tejido óseo. Hay que tener en cuenta que puede presentarse con o sin síntomas. La enfermedad ósea se asocia a un mayor riesgo de fracturas. Es muy importante que se estudie el compromiso óseo al momento del diagnóstico de la enfermedad celíaca.
  3. Mejorar el estado de ánimo Indudablemente, el diagnóstico de enfermedad celíaca no es una noticia fácil
    de recibir sobre todo porque se trata de aceptar restricciones para siempre. Muchas veces nos preguntamos: ¿por qué a mí? La actividad física también puede ayudar en este aspecto, ya que está comprobado que su práctica alivia el estrés, la ansiedad y los síntomas asociados a este, tales como la aceleración del ritmo cardíaco y el aumento de la tensión arterial. El ejercicio físico también permite tener una buena calidad de sueño si es practicado de manera moderada, regular y evitando hacerlo antes de acostarse. Por otro lado, la actividad física no cansa; por el contrario, permite luchar contra el cansancio.
  4. Contribuir a una mejor alimentación La práctica de actividad física nos lleva, sin dudas, a hacer mejores elecciones alimentarias. El efecto positivo de estar en movimiento nos estimula a cuidar también nuestra alimentación y así entrar en un círculo virtuoso: buena alimentación, actividad física, buena salud.
    El hecho de vernos mejor físicamente y mejorar nuestro desempeño día a día hace que a su vez nos sea más gratificante pensar en comer mejor y elegir alimentos saludables que a su vez contribuirán a un mejor aspecto físico. Es lo que podríamos llamar efecto dominó.

Entonces, ¿qué puede hacer el ejercicio por nosotros? Los beneficios son muchísimos pero con fortalecer nuestros huesos, y mejorar nuestra figura, nuestro humor y nuestra alimentación, ya es un gran paso. Mantengámonos activos todos los días de nuestra vida.

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