Los lineales de los supermercados están llenos de productos que portan una etiqueta con una espiga de trigo tachada o la inscripción Sin gluten. No es para menos: se calcula que en torno al 1% de la población mundial padece celiaquía, una enfermedad autoinmune provocada por el gluten, la única gran proteína que nuestro cuerpo no puede procesar. El número de personas diagnosticadas de esta dolencia crece a un ritmo del 20% anual.

Los estudios han aclarado que la celiaquía se activa por una reacción a nivel intestinal, y no por el contacto con la piel o por reacciones alérgicas. Por eso los celiacos deben controlar muy bien lo que comen. Pero también todo lo que se lleven a la boca, desde la pasta de dientes hasta tenedores o toallas.

Los lápices labiales y las barras labiales entran en esta categoría. “A diferencia del resto de cosméticos, los que se aplican en los labios tienen una posibilidad de ingesta muchísimo mayor”, explica José Luis Rodríguez, consejero delegado de Celicity, una web especializada en la enfermedad. De hecho, según un estudio publicado por dicho portal, aunque los besos, bordes de vasos o servilletas se llevan parte del producto, el 80% del pintalabios aplicado es ingerido involuntariamente cuando los labios están en contacto con la lengua. Siguiendo con el informe de Celicity, se estima que una mujer consume una media de entre 1,5 y 2,7 kilos de barra labial a lo largo de su vida, pudiendo alcanzar los cuatro kilos si el uso es diario y recurrente. Ese dato acaso sea intrascendente para la mayoría de la población, pero resulta muy relevante para la comunidad de celiacos, cuyo nivel de tolerancia al gluten es variable.

Tras solicitar información a 40 marcas, las conclusiones del estudio son contundentes: solo el 40% de ellas producen artículos totalmente libres de gluten y de trazas. “Uno de los mayores riesgos para los celiacos es la contaminación cruzada”, explica Rodríguez a propósito de las trazas. “Un restaurante, por ejemplo, puede usar materia prima 100% libre de gluten, aceite apto y sartenes también limpiadas a conciencia. Pero solo con que en la otra punta de la cocina se esté manipulando harina ya queda todo contaminado”, ilustra. La concentración de gluten que puede representar problemas para los celiacos es relativamente baja: bastan 20 partes por millón. De ahí que se deban tomar todas las precauciones posibles.

Las marcas totalmente aptas para quienes padezcan celiaquía, por no utilizar cereales con gluten en ninguna de sus composiciones ni extractos que podrían estar contaminados, son Benecos, Maybelline, Shiseido y Deliplus, de Mercadona.

En un segundo escalón se colocan las marcas catalogadas como “muy probablemente aptas para celiacos”: las que no incorporan gluten, pero que podrían tener trazas. Entran en este grupo firmas como The Body Shop y Sante. Dentro de la gama alta (entre 15 y 30 euros) entrarían Dior, Chanel y Benefit.

  • La lista negra

El 45% de los pintalabios, de acuerdo con Celicity, deberían ser evitados por precaución por los celiacos. Entre ellos se encuentran los Estée Lauder, en cuya composición se incluyen cereales, y sus submarcas Mac y Clinique. L’Oréal, Lancôme y Helena Rubinstein también “no utilizan cereales con gluten en ninguna de sus composiciones, pero sí otros extractos vegetales que podrían estar contaminados”. El grupo Coty, que incluye Max Factor, Bourjois y Rimmel London, “confirmaron el uso de otros productos de origen vegetal que podrían haber estado en contacto con gluten”, aseguran desde Celicity.

En tanto que los celiacos tienen distintos niveles de tolerancia, Rodríguez recomienda seguir esta clasificación, pero “probar en pequeñas cantidades por si el producto provocara reacción”.

 

Fuente: http://cincodias.com/cincodias/2017/03/10/sentidos/1489170407_369296.html

 

 

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