Dos referentes argentinas de la investigación en enfermedades digestivas, las doctoras Elena Verdú y María Inés Pinto Sánchez, que se encuentran en Canadá, brindan sus impresiones sobre la sensibilidad al gluten no celíaca –o sensibilidad al gluten “a secas”–, y sobre cómo responden quienes la padecen al realizar la dieta.

Para algunos, la sensibilidad al gluten puede parecer algo menor. Muchos, incluso, desestiman los síntomas. Pero lo cierto es que la ciencia cada vez le presta más atención a esta condición en la cual no existen marcadores clínicos de enfermedad (ni de mejoría), pero los síntomas se modifican notablemente al realizar una dieta.

Este tema –uno de los que más atención acaparó durante el Congreso Argentino de Gastroenterología y Endoscopía Digestiva GASTRO Bs. As– está cobrando cada vez más relevancia.

Así lo afirmaron las doctoras, ambas argentinas e integrantes del Instituto de Investigación en Enfermedades Digestivas Fancombe Family de la prestigiosa Universidad de McMaster, en Canadá. “La sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) no solo es importante para los gastroenterólogos sino para toda la comunidad médica y no médica”, remarcaron desde el lugar donde desarrollan su actividad laboral, pero además continúan estudiando y formándose.

Ocurre que en un mundo cuyas sociedades se alejan cada vez más del gluten en particular y de las harinas en general –incluso en este medio se ha mencionado la temática de quienes deciden excluir esta proteína de la dieta solo por gusto– es importante diferenciar quienes padecen una enfermedad como la celíaca (es decir que presentan marcadores clínicos y también es posible medir su mejoría por estos indicadores), de quienes tienen sensibilidad y, aunque mejoran con la dieta, nunca estarán expuestos a las complicaciones que representa la enfermedad celíaca (EC).

“El efecto de la dieta libre de gluten es indiscutido en los pacientes con enfermedad celíaca, ya que presentan usualmente una rápida mejoría de los síntomas luego del comienzo de la dieta, aunque la normalización de los anticuerpos en sangre o en la biopsia de intestino puede tardar meses o años”, comenzaron explicando las especialistas.

“Por otro lado, en los pacientes celíacos está demostrado que el hecho de no cumplir la dieta se asocia a la posibilidad de sufrir complicaciones a futuro como, por ejemplo, el incremento del riesgo de fracturas óseas u otras enfermedades malignas, sin olvidar el aumento de la mortalidad”, agregaron.

“La diferencia, entonces, es que la respuesta a la dieta libre de gluten en los pacientes no celíacos con sensibilidad al gluten es fundamentalmente sintomática, ya que actualmente no existen marcadores adecuados para medirla en sangre o en biopsia de intestino”, completaron Pinto-Sánchez y Verdú.

En cuanto a los efectos del no cumplimiento de la dieta libre de gluten a largo plazo, en los pacientes no celíacos, tampoco hay nociones. “Sin embargo –analizaron las doctoras–, la mejoría de los síntomas es prioritaria en esta población, que en forma similar a lo que ocurre con los celíacos, habitualmente encuentran en la dieta una solución a sus problemas de salud”.

Hasta aquí un avance de este tema, que dará mucho que hablar. En unos días compartiremos la segunda parte donde hablaremos de investigaciones clínicas, más datos y la dieta.

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