Los médicos recomiendan tomar litros de agua por día u ocho vasos. A continuación detallamos un estudio del CESNI que nos advierte sobre la cantidad de gente que toma aguas saborizadas y los perjuicios que eso le puede generar a nuestro organismo

 

En nuestro cuerpo, el agua cumple funciones esenciales. Algunas de ellas son diluir líquidos corporales como la sangre y la orina, posibilitar el transporte de nutrientes a las células y

contribuir a regular la temperatura corporal. Por todas estas funciones es importante mantenerse hidratados, ingiriendo líquidos en cantidad suficiente para compensar las pérdidas que se producen inevitablemente mediante distintos procesos fisiológicos; por ejemplo, al respirar, transpirar, orinar o eliminar material, no digerido mediante la materia fecal.

Una adecuada ingesta de agua es fundamental para la vida. El agua ingresa a nuestro organismo a través del consumo de distintos alimentos, sólidos y líquidos: verduras, frutas, infusiones, caldos, sopas, licuados, etcétera.

Muchos especialistas coinciden en que es adecuado una ingesta de, como mínimo, dos litros de agua por día.  Alrededor de ochos vasos diarios. Lo más conveniente es que la hidratación se haga con agua potable.

Una investigación llevada a cabo por el Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil (CESNI) sobre una muestra representativa de 800 personas de los grandes centros urbanos de la Argentina demostró que, del total de líquidos consumidos por este grupo, solamente el 21 por

ciento correspondió a agua, en tanto, el 50 por ciento correspondió a bebidas saborizadas e infusiones con azúcar y el 29 por ciento a bebidas saborizadas e infusiones sin azúcar.

 

Este perfil de consumo demuestra que cada día se incorpora gran cantidad de calorías vacías (sin aporte de nutrientes) a través de infusiones, jugos y otras bebidas azucaradas, superando

los valores de ingesta diaria de carbohidratos simples –menores del 10 por ciento del total de calorías diarias– recomendados por la Organización Mundial de la Salud. A su vez, las

bebidas azucaradas (gaseosas, deportivas y jugos de fruta) se consumen en todo el mundo y ayuda al aumento de peso, lo que aumenta las posibilidades de padecer problemas de diabetes o cardiovasculares.

 

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