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Hoy queremos comentar el tema de las emociones que nos aparecen cuando descubrimos que somos celíacos.

⏩ Cuando buscamos info sobre celiaquía siempre encontramos sobre síntomas o dietas, pero no acerca de las emociones que el diagnóstico nos puede significar.

⏩ Debemos aprender de golpe, y convivir.
Tenemos ira, desconcierto, miedo, bronca, y aunque aveces parezca difícil, injusto y no estemos amigados con la idea, «la idea es aprovechar la energía negativa como un motor transformador» 🙂🙂

Cada persona reacciona de modo singular y diferente al comenzar una dieta libre de gluten. Nos encontramos “de golpe” con un diagnóstico clínico con el que hay que aprender a convivir: se debe realizar un gran cambio de hábitos alimenticios, lo cual no es nada sencillo, considerando que en nuestra cultura los alimentos a base de harinas con gluten son pilares de nuestra alimentación.

Esto también puede afectar al entorno social del sujeto. Muchos logran adaptarse e incorporar la dieta como parte de sus vidas, mientras que otros la padecen, sin hallar el modo de hacerla propia, ya sea por no poder sostenerla de manera continua o porque al sostenerla lo hacen con un elevado costo emocional.

Esto puede manifestarse a través de un profundo descontento, tristeza u enojo, llegando incluso a situaciones de aislamiento social. Estos sentimientos a veces se dirigen hacia el afuera, hacia diferentes “otros” que, en alguna situación específica, no contemplaron la alimentación libre de gluten para el celíaco, y se convierten así en los “culpables” del malestar que genera esa situación. El paciente podría llegar a sentir que su semejante no estaría reconociendo sus necesidades o algunas veces puede vivir ese hecho como un acto de discriminación.

Siempre hay diversas formas de “leer” un evento

Ante estas situaciones en la que sentimos impotencia, vale la pena preguntarnos cómo convertir el enojo (que a veces suele ser una forma de angustia enmascarada) en un motor para transformar nuestra realidad. ¿Cómo puedo repensar estas circunstancias que parecen negativas, para dar lugar a una solución?

Cada vez que algo nuevo aparece en nuestras vidas quiebra el curso de nuestra rutina y nos invita a descubrir otras maneras de hacer lo que siempre hacíamos, renovando la mirada sobre nuestro alrededor, sobre las personas que nos rodean, sobre nosotros mismos, sobre lo que hacemos, pensamos o decimos.

Es muy valioso poder recibir el diagnóstico en un entorno de contención y orientación en todos los niveles (clínico, nutricional, psicológico). Esto puede marcar una diferencia a la hora de comenzar la dieta, de modificar hábitos, y de transitar las distintas situaciones que se van presentando cuando una persona inicia su alimentación libre de gluten (ALG). Si desde el inicio se puede prestar atención a las distintas áreas del ser humano que se ponen en juego, será más fácil superar las resistencias y atravesar los momentos de conflicto con más y mejores herramientas.

El solo hecho de poder poner en palabras lo que uno va sintiendo y pensando ante distintos hechos, registrando estas emociones y llevándolas a un espacio cuidado, produce un alivio inmediato y genera calma.

En una segunda instancia, una vez que se pasó por ese momento de “desahogo”, se pueden empezar a pensar estrategias (siempre acordes a cada paciente, según su edad, su historia, su situación familiar, social, laboral, etcétera), y a liberarse de prejuicios y temores, para armar un camino propio, singular, un modo único de transitar la ALG, intentando que este cambio sea de la forma más armoniosa posible con nuestro estilo de vida, con nuestra forma de ser y de ver el mundo. La idea es que esta nueva condición no interrumpa nuestra vida convirtiéndose en una especie de centro o eje alrededor del cual deben girar todos nuestros movimientos.

Por el contrario, sería conveniente adaptar la ALG a quienes fuimos, somos y seremos cada uno de nosotros como totalidad. Así, los cambios resultarán menos invasivos para nuestra subjetividad. Además de ser “celíaco” o “celíaca”, nuestra identidad está compuesta por muchísimos otros aspectos: sexo, edad, ocupación o profesión, relaciones afectivas, gustos, hobbies, ideolo- gías religiosas o políticas, estilo de vida… Y la lista es inagotable. Es por eso que a partir del momento en que comenzamos a llevar una ALG, nunca debemos olvidarnos de que eso será solo una parte más de nuestras vidas. Y así, cuidando y alimentando todos los aspectos que forman nuestro ser, estaremos más fortalecidos y contaremos con más recursos para aceptar y vivir con naturalidad nuestro nuevo modo de alimentación.

Cuidado emocional del entorno 

Otra intervención posible desde la psicología se presenta cuando algún miembro de la familia del paciente celíaco desea recibir orientación sobre cómo acompañar el cambio de hábitos que comenzará esa persona cercana y querida.

En una serie de encuentros, se puede trabajar sobre las fantasías o miedos que puedan surgir. Y pensar en cómo conservar la dinámica social, laboral y recreativa del grupo familiar sin que la ALG constituya un obstáculo (sino todo lo contrario). Esta novedad puede ser tomada por todos como una oportunidad, incluso para que las personas no celíacas del entorno del paciente se animen a nuevos lugares, nuevos alimentos y nuevas costumbres. De esta manera, resultará más práctica y relajada la adaptación del paciente a la dieta, sintiéndose más seguro y apoyado por sus afectos en este recorrido. Si las personas que rodean al paciente se encuentran informadas, contenidas y asesoradas en relación a temas emocionales, la ALG será integrada con mayor facilidad al núcleo afectivo de aquel que sigue la dieta. Y en poco tiempo, habrá un código compartido que generará tranquilidad y confianza en los sujetos involucrados.

Hola a todos.
Seguimos compartiendo tips y soluciones para prevenir y tener mayores cuidados en nuestra #dietasintacc.

Compartir el plato para el Celiaco es como compartir el mate en pandemia.

Vamos por el #CONSEJOCELIACO : 4 : A la hora de comer acompañados, ten presente:

– Tu plato sin gluten, es preferible no compartirlo, quizás a alguien olvide que, un gesto tan sencillo como mojar pan en un plato o pinchar tu comida con su tenedor o utensilio, contamine tu alimento y ya no lo debas seguir comiendo. Si pides tus propios platos, evitas estos problemas. 

– Si hay pan en la mesa, advierte que lo alejen o que lo coloquen en otra mesa para extremar las precauciones y que no circule por sobre tu plato.

– Si las raciones son compartidas, aun en platos libres de gluten, sírvete primero y, si no puedes, intenta que te sirvan con otros utensilios limpios y de una porción de la ración que no haya sido aun alcanzada.

-Cuidado con los comidas tipo “picadas” o “tapeos”, ante todo asegúrate identificar los alimentos que son aptos y sus marcas, sepárate, adelantándote al resto una porción para ti de cada uno, lo suficiente, aunque parezca mucho, para pasar el rato y saciarte, puede ser que cuando pretendas servirte más, alguien sin querer haya contaminado esos productos aptos al haber tocado con sus manos o utensilios otros alimentos que no lo son y así estropear involuntariamente tus preferencias.

-Si concurres a un evento con comida y no sabes si habrá alimentos libres de gluten, tienes dos buenas opciones para no morir de hambre en el intento…

1-Comer abundantemente bien antes de asistir.

2-Llevar tu propia ración en “tapper”.

Estas actitudes pueden crear incomodidades tanto en ti como en otras personas, tal vez tengas que explicar y a la vez “difundir” la condición de tu patología, reiteradas veces, sobre todo en el grupo más cercano de tus afectos o tu núcleo de trabajo, estudio o convivencia. Ármate de paciencia veras que bien vale la pena que todos sepan tu situación y con el tiempo no hará falta tantas explicaciones y te cuiden, aunque, nunca bajes la guardia, permanece siempre alerta y atenta tanto a alimentos, utensilios, espacios de cocina y de servicio, pues la mayoría de los errores de contaminación son involuntarios o inconscientes.

Fuente: https://celicidad.net/

La Dieta Libre de Gluten (DLG) es el único tratamiento por hoy conocido para mejorar la EC.

  • Consiste en descartar de la alimentación cotidiana al TRIGO, AVENA , CEBADA y CENTENO (TACC) y subvariedades como el espelta… tanto en forma directa como indirecta, es decir que estén o hayan estado en contacto con ellos, como por ejemplo los yogures son libres de gluten por su contenido pero si el fabricante le agrega “fibras naturales” generalmente de trigo o avena, hará que ese yogur (no todos) NO sea APTO , y tampoco lo serán todos los otros yogures que pasen por la misma línea de producción o sean envasados en el mismo proceso. Esto lo veremos en detalle en próximos capítulos. Lo mismo ocurre en casa, si hemos amasado un pan o bizcocho con harina común de trigo, no debemos usar los mismos utensilios y limpiar profundamente el área de trabajo de cocina … .y algunos cuidados mas….
  • Existen sustitutos de estos cereales como  el maíz, mandioca, arroz, sorgo, quinoa, kiwicha, amaranto, algarroba, papa, y otros vegetales de los cuales se producen harinas y son también panificables. 
  • Quitar de la dieta el gluten , implica un cambio de hábitos , no tan solo alimentarios sino de vida, pues habrás de aprender a cocinar (tú o alguien de tu entorno) estos nuevos alimentos y sus combinaciones con otros de tu habitual gusto y preferencia, y estarán involucradas personas de tu entorno tanto familiar, como de trabajo, estudio amigos, pues la “comida” considerada como un acto social de compartir, va a seguir estando presente en tu vida diaria, con algunos cambios, adaptaciones e innovaciones.
  • Solo 4 alimentos no permitidos y unos 5000 permitidos como frutas, verduras, legumbres, carnes, granos , semillas y cereales aptos, deben ayudarte a ver esta DLG como una nueva oportunidad para revalorizar tu vida, tu nutrición y tu salud en general. Todas las dietas conducen a una mejora de vida y salud.

Fuente: Revista CELI&co. www.celico.com.ar