Para Gonzalo Flores es difícil ser celíaco…

Esta es la historia de un niño de cinco años, Gonzalo Flores, contada por su madre Laura de Flores, devela las dificultades para el tratamiento de la celiaquía pese a que se reduce a la alimentación. A las dificultades para adaptarse a temprana edad, se suman las de acceder a los costosos alimentos sin Tacc y la burocracia para lograr asistencia. ..

Gonzalo tiene cinco años, vive en el barrio Campo Verde y hace tres años que fue diagnosticado con celiaquía luego de una sucesión de internaciones en el hospital Materno Infantil que no le daban tregua. «Siempre se enfermaba, caía internado en el hospital, gripe, a veces diarrea y tenía una popó muy pastosa, se le lastimaba la colita y le dolía. Se recuperaba y siempre volvía con algo nuevo, entonces la doctora pidió análisis de sangre y había sospecha de celiaquía», recordó la madre. Entonces el pequeño tenía dos años. «Con los análisis me dice la doctora que mi hijo quizás tenga celiaquía, y se me cayó el mundo cuando me dijo. Me derivaron con un gastroenterólogo, le hicieron la endoscopía y salió positivo de celiaquía», recordó Flores.

Le costó que pudiera hacer el tratamiento porque el nene adoraba comer pan y fue difícil quitarle ese consumo y la dieta. «Me costó aprender, no sabía qué comprar, dónde y con el tiempo fui aprendiendo. Tuve que aprender lo que era la contaminación cruzada, tenía que tener exclusivamente su plato, cubiertos, ollas, cocinar para él».

Explicó que logró que el niño no volviera a comer pan, y sólo algunas cosas dulces que le hace, maicenas o bizcochuelos que prepara sin Tacc.

«Sigue siendo difícil para él, en mi familia no hay nadie celíaco, ve que comen pan, galletas y cree que cuando sea grande se va a curar», explicó.

«Los precios son altísimos, todavía no termino de asimilar porque mi hijo es un niño, quiere golosinas y sale carísimo comprar libre de gluten», dijo sobre lo difícil que es afrontar los costos de esos alimentos. «Por la pandemia tuve que dejar mi trabajo, trabajaba de empleada doméstica, y no tenía con quien dejar a mi hijo», agregó y se hace más difícil porque sólo su esposo trabaja.

Recordó que la caja de Desarrollo Social de la Nación con alimentos no llegó por ocho meses, por lo que pidieron ayuda y en junio y julio les dieron una bolsa con 6 productos. En septiembre les dieron dos cajas con 40 paquetes de premezcla que se vencen en diciembre; y 3 paquetes de fideos, y ya no llegó ni leche, caballa, ni arroz que solía llegar.

Es que un paquete de premezcla sale desde 260 pesos según la marca, es para pan y otras preparaciones; que requiere goma xántica a 300 pesos los 100 gr, 800 el kilo; leche en polvo a 300 por 800 gr, y un paquete de galletas desde 160.

Con la dificultad en el acceso a los alimentos, tiene la esperanza que la salud del pequeño sea óptima ya que el último control tenía colesterol alto y debía evitar las grasas, y tenía el peso al límite. Es que no pudo llevarlo al hospital para seguimiento por temor a que se contagie Covid.

La lucha es para que  pueda acceder a alimentos sin gluten de alto costo. 

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